Academia de Arte y Cultura
Orlando Lübbert: “Hay que conquistar a la gente y hacerla adicta a nuestra identidad” 10 de septiembre del 2018
- El director y guionista nacional compartió con estudiantes y público general su visión particular sobre el cine chileno y relató su experiencia como realizador de Taxi para Tres.
“Elige machuca’o, volante o maleta”. Con esta frase del actor Daniel Muñoz comienza Taxi para Tres, una de las películas más premiadas y con mayor recepción del público chileno de todos los tiempos. El filme dirigido por Orlando Lübbert se exhibió este jueves 6 de septiembre en el Cine Club ULagos como parte del proyecto “Cine Club ULagos: Una contribución a la acumulación de capital cultural de los jóvenes de Osorno” financiado por el Fondo de Fomento Audiovisual del Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio y que ejecuta actualmente la Academia de Arte y Cultura.
La jornada estuvo precedida de la presentación del libro “Fértil provincia y señalada: Raúl Ruiz y el campo del cine chileno” (2018) de la académica de la Universidad de California (UCLA) Verónica Cortínez, y que cuenta con la participación del académico del Departamento de Ciencias Sociales de la Universidad de Los Lagos, Hernán Delgado.
Tras la exhibición de la “cinta” de Lübbert, estudiantes y público general pudieron conocer detalles de la realización de la obra ganadora de la Concha de Oro del Festival de San Sebastián en 2001 e intercambiar opiniones con el director.
Manuel Macías (14), estudiante del Liceo Agrícola Vista Hermosa de Río Negro, reconoció el entusiasmo que le provocó tener contacto directo con el realizador. “La iniciativa me parece excelente porque uno puede ver una película pero no puede ver quién la hizo y tener la posibilidad de hablar con él y sentir lo que él sintió cuando la hizo es fascinante”, comentó.
“Para mí fue fascinante porque siempre había visto películas en televisión o en el cine, pero conocer a un director fue la experiencia más emocionante que he tenido. Uno tiene que saber lo que pasaba en Chile antes para saber de dónde venimos y ver nuestra identidad”, expresó Gina Bahamondes, estudiante de15 años que vino con sus compañeros desde Río Negro a la actividad.
Para Lübbert, el conversatorio con los jóvenes es lo más enriquecedor de las exhibiciones. “Para uno como director es muy interesante tener ese contacto. Es la sensibilidad de un público que uno siempre quiere tener. Siempre digo que las películas realmente se terminan cuando el público se plantea frente a ellas. Si ellos no la asumen y la hacen propia, la película no está lista”.
Cuál es tu opinión sobre el acercamiento del público al cine chileno ¿Ha aumentado?
El “cine chileno” es un tema bien complejo. ¿Qué hace a una película “chilena”? De repente ves películas que parece que las hacen pensando que es Estados Unidos y te preguntas ¿dónde está Chile? Y eso pasa porque muchos hacen cine esperando que los acepten en otro lado. Muchos de mis estudiantes de cine se quieren ir afuera. Hay que conquistar a la gente nuestra primero, hay que seducirla y hacerla adicta a la identidad que pueden producir las películas.
Y en ese sentido ¿te parece que han servido los programas de formación de audiencias para el cine chileno?
Sí creo que dan resultado. Eso sí, hay una relación directa entre estos programas y las películas que produce el cine chileno, y soy bien crítico de ello. Hay muchas que son muy precarias, a medio camino o muy verdes. Pero generalmente buenas historias bien contadas es raro encontrar. El caso de Una Mujer Fantástica, no le fue nada de fantástico cuando se estrenó en Chile, el premio Oscar hizo que después la fuera a ver mucha gente. Pero en general el público le ha dado la espalda al cine chileno.
¿A qué factores crees que se deba?
Hay varios, el primero es que en general esta es una sociedad cansada. La gente llega a su casa y no quiere saber más y hoy día como tienen la posibilidad de Internet, Netflix y todas esas cosas se cuelgan y son los gringos lo que alimentan eso con cine fantástico. Entonces es bien complejo competir contra eso. Por otra parte es muy caro ir al cine. Finalmente el cine como cultura, como formación de un imaginario que es una de las cosas más importantes que puede tener un país, hay que seguir dando la pelea, porque entre todos estos jóvenes de repente hay algunos notables, capaces de entender cosas muy finas, que me han dejado muy asombrado.